"Pasión no es palabra cualquiera", el libro de Joserra Rodrigo, el denominador común.


Un servidor es nostálgico por vocación, y tal vez, también por necesidad. El caso es que los que oficiamos de nostálgicos, acostumbramos a realizar de forma constante repasos, o recuentos, de recuerdos, como no puede ser de otra manera.
Pero los nostálgicos de gama alta, tenemos quizá, una característica que ignoro si es común a todos: la capacidad de no ceñirse unicamente a remembranzas lejanas en el tiempo; es decir, los tipos como yo, somos capaces de sentir morriña de episodios acontecidos hace apenas unos meses, semanas, e incluso días.
Y es mejor esta modalidad de añoranza, pues los recuerdos, que es habitual que se contaminen con el filtro que la alianza tramposa de tiempo y debilidad suele colocar entre el hoy y el ayer para moldear los momentos recordados a conveniencia del nostálgico en cuestión, con los episodios recientes no ocurre, simplemente porque no se ha establecido aún esa alianza por falta material de espacio.
Es por eso, que algunos, entre los que me incluyo, somos capaces incluso de sentir nostalgia por recuerdos que aún no han terminado de crearse: nostalgia en paralelo al recuerdo... una cosa rara.
En uno de estos febriles lances me encuentro esta tarde fresca de diciembre. Y me estoy dando cuenta de que muchos de los momentos más emotivos y cargados de cosas puras en los que me he visto involucrado en los últimos años, tienen un común denominador.

Un tipo tan escéptico como yo, que no considera como algo real elementos ingrávidos y gentiles (que decía Serrat) como el alma o el espíritu, siente en estas evocaciones, que algo que percibo como una pelota de gomaespuma, rebota y juguetea en mis tripas, creando una agradable sensación, creo que eso puede ser el alma, o el espíritu, que sin duda se siente excitado ante tales reminiscencias.
Pues cada vez que aparece la pelota, aparece ese común denominador al que hacía referencia: mi amigo Joserra Rodrigo, que no andaba demasiado lejos, andaba, exactamente, en el centro del cotarro.
El último recuerdo que estoy acariciando con sentido de añoranza paralela al curso de los acontecimientos, es la llegada, cual maná, del libro de Joserra, ya sabéis: "Pasión no es palabra cualquiera".


La pelota empieza a jugar al billar en mi estómago, mientras espío por esa especie de agujero en la pared que es muchas veces internet, y las redes sociales, a Joserra pateando territorio con su libro debajo del brazo. Es que Joserra se deja espiar, es lo que tienen los tipos que no esconden nada y enseñan mucho, incluso sin pretenderlo, que no necesitan ocultarse de nada ni de nadie.
Y en esas fotos y vídeos, con mi amigo rodeado de gente que le quiere, firmando libros, y con la ilusión teñida de inocencia de los puros en la mirada, y la paz del que se sabe a salvo en el semblante, vuelve uno a sentir que está viviendo otro momento emotivo y cargado de cosas puras.
Y así, pero en vivo y en directo, fue el miércoles en la presentación del libro en Bilbao. Jugar en casa no siempre es más fácil, y así lo confesó Joserra. El colegio de abogados del Botxo practicamente lleno, amigos y admiradores arropando al autor, Cayetana Álvarez que se vino de la capital del reino al evento, para descubrir cosas de ella y de su arte, Txomin Guzmán cantando alguno de los ingredientes de "Pasión no es palabra cualquiera", charla coloquio entre camaradas... más momentos de ilusión, de sonrisas, de emoción, y, como no, de pasión.


Abro el libro, y la pelota empieza a chocar contra mis costillas; en el interior se encuentran esas sensaciones que hacen de muchos de mis recuerdos recientes sean tan especiales, es porque en cada letra, cada frase, cada canción elegida, está el común denominador en estado puro, desnudo y vivo, porque Joserra es uno de los tipos que más vivo está siempre, incluso cuando calla.
Decía en la charla Eduardo Ranero, que el libro narra la vida del autor, y si, claro que si, tiene razón Edu, porque Joserra canaliza su existencia por medio de la música. Hay canciones que son como adoquines de la calle Kirikiño, charcos de Fernandez del Campo, amaneceres lusos, ráfagas de viento colándose por la ventanilla del coche...
Estas navidades, en unos días libres que tengo, me agarraré a mi libro, ya firmado, y me apasionaré, y sentiré nostalgia de lo actual, de lo inminente, aunque las cosas de Joserra, no necesitan de coaliciones entre tiempo y debilidad, porque son cosas en las que manda la pureza, y sobre todo la pasión. Y que la pelota de gomaespuma no pare de botar.

Enlace en el que se puede encargar: "Pasión no es palabra cualquera".

Comentarios

  1. Maravilloso comentario, Jorge.... Como diría el culpable de esto...POM !!

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    1. Gracias José, dentro de nada le tenéis por BCN, ojalá puedas asistir.
      Abrazos.

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  2. Precioso texto. Con el libro todavía a media lectura, estoy deseando que Joserra venga el día 4 de Enero a Bsrcelona para darle el abrazo que se merece. Sus textos son balsámicos y si encima tienes la suerte de coincidir en prácticamente todos sus gustos musicales, todavía es más disfrutable la lectura. Felices fiestas compañeros del Rock n' Roll.

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    1. Te aseguro que cuando estés con él en vivo y en directo te resultará aún más balsámico. Tengo la fortuna de su amistad desde hace muchos años y es un placer verle disfrutar como lo está haciendo, y hacer disfrutar a los demás.
      Zorionak eta urte berri on. Abrazos.

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